EL DIVORCIO: El deseo de fracaso para los que rompen con estereotipos.

Como sociedad constantemente estamos aprendiendo sobre nuestra naturaleza y el desarrollo de planes, proyectos, normas, leyes y reglas para disfrutar de una mejor convivencia. Y en este caminar hay circunstancias a las cuales nos estamos adaptando, nos resulta complicado adaptarnos a nuevas formas de convivencia y el fantasma del dogmatismo no nos deja de perseguir. Antes del siglo XX la religión dominaba la ideología que regía y determinaba el comportamiento de las personas, el matrimonio surge inicialmente como un contrato comercial en donde dos hijos se dan en matrimonio para sellar una alianza económica entre dos familias. Bajo este contrato no es importante que se gusten, se atraigan o se amen, lo importante es sellar la alianza económica, se persigue un beneficio que abarca a todos los integrantes de la familia, a este contrato se le contextualizó con el dogmatismo religioso de la época y así es como se tuvo la idea de que el matrimonio debía durar toda la vida (aunque el contexto implicaba que la duración promedio de un matrimonio era de 10 años, debido a los decesos por infecciones, partos, gripas y el promedio de vida de un hombre era de 50 años, la costumbre para los varones era casarse alrededor de los 35 o 40 años con mujeres jóvenes de aproximadamente 15 años). Para la estructura moral constituida desde esos años, las personas que se alejaban del ideal social debían tener consecuencias punitivas o un final triste, debían transformarse en el ejemplo de oprobio, rechazo y la referencia de aquello en lo que no te debes de transformar.

No es raro que el estereotipo actual del éxito personal tenga que ver con belleza, éxito económico, matrimonio, una relación estable, consumismo e hijos, cualquier persona que logra esto ha de ser beneficiada con las recompensas sociales. 

El asunto es que muchas personas temen al divorcio y quienes han dado el paso se tienen que enfrentar a prejuicios, aquí van algunos:

1- “ES DIVORCIADO (A)” : El estado civil solo contempla soltero y casado, divorciado no es un estado civil. Deja de cargar con las experiencias pasadas como si fueran un sello vergonzante y de etiquetar o etiquetarte. Eres soltero (a) y punto. 

2- “EL DIVORCIO ES UN FRACASO”: De hecho, el divorcio como tal es un derecho a poner un alto ante las arbitrariedades, injusticias, violencia y todas esas cosas tan desagradables que han tenido que pasar tanto hombres como mujeres, renunciaron a la estabilidad, tranquilidad y a la calidad de vida por aguantar para satisfacer ideales ajenos. Triste pero cierto. Sin embargo, el divorcio no es un fracaso en el sentido de que tu vida ha sido arruinada, es el derecho que tienes a recomponer tu vida cuando está se ha ido a pique. 

3- “LOS HIJOS VAN A TENER PROBLEMAS PSICOLÓGICOS”: Para poner en perspectiva el tema, una separación implica un duelo en los hijos, es decir un proceso en el que poco a poco irán aceptando que sus padres han dejado de ser una pareja, adaptarse a un nuevo estilo de vida en donde la convivencia cotidiana y en grupo ha cambiado, ¿en donde viviré?, ¿con quien voy a convivir más?, adaptarte al nuevo estilo de vida de los padres, esto sin duda es muy estresante, sin embargo lo que termina afectando a los hijos no es este proceso, lo que repercute en su estabilidad mental es el síndrome de alineación parental en donde el hijo denigra a alguno de sus padres debido a la influencia de los padres para seguir contendiendo entre ellos aún después del divorcio. El abandono de alguno de los padres constituye otro nivel de perturbación psíquica para los hijos, este abandono da paso a que el progenitor que cuida influya en el hijo mediante la construcción de resentimientos. 

Otro elemento que constituye daño emocional hacia con los hijos es la falta de cuidado sobre ellos y el ritmo inestable de vida de los cuidadores. Evitando las situaciones mencionadas con anterioridad, nuestros hijos estarán expuestos a los mismos retos psicológicos que tienen los hijos de familias integradas. Hay quienes dicen “No me divorcio por mis hijos”, ahí es donde los afectan, los vuelven causa y razón de la infelicidad familiar.

No olvides dos cosas: 

-Los hijos de familias integradas presentan más o las mismas dificultades que los hijos de padres divorciados. Se reportan altos índices de ansiedad, depresión, desordenes alimenticios, adicciones y trastornos de personalidad.

-Es mayor el número de familias disfuncionales que de tasas de divorcio. Las familias disfuncionales son una amenaza directa para el bienestar de todos los integrantes, implica violencia, negligencia y abuso.

4- “NO ME VAN A ACEPTAR POR MI ANTERIOR MATRIMONIO”: Es imprescindible elaborar un duelo para continuar. Un duelo elaborado anticipa que la relación anterior es parte de tu experiencia de vida, no más. Estancarte en el pasado es lo que no te permite continuar y terminas por echar a perder nuevas relaciones. Con autenticidad, sin vergüenza y a su tiempo podrás compartir tus historias de vida con la persona que te atrae, si la persona te aprecia sabrá valorar tu historia, tus aprendizajes y tu persona en general. Una relación de pareja implica aceptación y adaptación, si falta alguna de ellas la relación no crece.

Si conoces a alguien que está por enfrentar una situación de divorcio compréndele en lugar de juzgarle, apóyale y ofrece tu respaldo, anímale y contribuye lo necesario para que la persona se reincorpore a la vida habitual.

“Hay, sin duda, hombres y mujeres a quienes no satisfará la igualdad, con quienes no habrá paz ni sosiego mientras no reine su voluntad sin traba alguna. Para esta clase de personas está hecha de molde la ley del divorcio. Nacieron para vivir solas, y a nadie debe obligarse a que asocie su vida con la de tales seres”. John Stuart Mill.

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