¿Cómo enfrentar un duelo? Parte 1.


 
En la publicación anterior (Puede verla haciendo click aquí) hablé sobre algunas características generales y las fases por las cuales atravesamos en el duelo.

Cuando no elaboramos un duelo de la manera adecuada podemos desarrollar patologías como la depresión y estancarnos en un sinfín de situaciones de malestar y disfuncionalidad.

Antes de enfrentar un duelo debemos saber algunos aspectos fundamentales:

 

1-      “Échale ganas…” El duelo es un proceso que puede ser elaborado en meses o hasta en 3 años, cada persona es distinta, el duelo implica un gran aprendizaje y no se trata de voluntad, buena disposición o de “echarle ganas”.  Es como pedirle a una persona que tiene ojos café que le eche ganas para que los tenga azules ¿es ilógico verdad?, también decirle a un doliente que le eche ganas es bastante ilógico.

2-      “Distráete, sal, viaja…” Llenarse de ocupaciones no es el equivalente a elaborar un duelo, la elaboración del duelo implica dos aspectos: aceptación y adaptación, esto requiere tiempo. Estar con la agenda apretada para evitar experimentar el dolor es contraproducente, es el equivalente a realizar pagos mínimos para solventar una deuda.

3-      “Hazle como yo le hice…” El doliente necesita un verdadero acompañamiento, personas que han experimentado un duelo optan por compartir sus tips y consejos a un doliente, sin embargo terminan utilizando como terapeuta al doliente, más que ayudarlo lo saturan y lo desgastan. Un verdadero acompañamiento implica hablar un 20% y escuchar un 80%, evite dar consejos, aunque usted haya experimentado algo similar, cada proceso es distinto, si su consejo no funciona el doliente se sentirá culpable y frustrado de no conseguir una mejoría.

4-      “Vamos a beber y a olvidarnos…” El alcohol es un depresor, recurrir a su consumo te llevará directamente a experimentar una depresión clínica y al potencial desarrollo de adicciones. La ingesta de alcohol, fármacos o drogas no son útiles para la elaboración del duelo, son paliativos y distractores.

5-      “No necesito de nadie, yo puedo solo…” El doliente se ve influido por una sociedad que rinde culto al individualismo y a la autosuficiencia, por lo tanto es resistente a solicitar el apoyo de familiares y amigos, esto lo hace experimentar una agresiva sensación de soledad y aislamiento, esto es sumamente nocivo para su equilibrio emocional.

6-      “Un clavo saca otro clavo…” Cuando hay una ruptura hay un natural desequilibrio emocional, los planes cambian, coexisten emociones como la tristeza, el enojo, la esperanza, el vacío, la desilusión, entre otras, de esta manera una nueva relación requiere tiempo, espacio, motivación y equilibrio. Un doliente que se involucra inmediatamente en otra relación, más allá de conectar emocionalmente con su nueva pareja está distrayendo su dolor. Los sentimientos de vacío, de tristeza persistirán, aparecerán sentimientos de culpa, en la relación serán constantes las comparaciones, lo cual será desagradable para la pareja. Finalmente el doliente iniciará una relación afectiva sin sentirse enamorado, sin sentirse motivado en realidad, lo único que desea es evadir el malestar que experimenta, esta es una forma poco útil, lamentablemente la persona lastimará y saldrá herida de una relación así, las relaciones de pareja requieren energía, esfuerzo, son desgastantes por lo cual requieren en suma medida del equilibrio emocional de cada persona, cosa que difícilmente un doliente puede ofrecer.

7-      “Ya quiero que este dolor se vaya…” Es fundamental saber que lo que más se necesita para atravesar por un proceso de duelo es tiempo, se requiere tiempo para aceptar que la persona ya no volverá, que las cosas han cambiado, que ya no será como antes, que las cosas no son como nosotros hubiéramos deseado, tiempo para adaptarnos a una nueva vida sin la persona, para desacostumbrarnos de las rutinas que vivíamos, tanto agobiantes como gratificantes, aprender a vivir sin el apoyo que la persona nos brindaba. Para vivir todo este proceso es que necesitamos saber que requerimos respetar los tiempos de cada etapa, habrá días buenos y otros días muy malos, sin embargo son circunstancias que se viven normalmente en un duelo, optar por la prisa y la desesperación harán que el doliente experimente cuadros intensos de angustia, ansiedad y estrés.     

 

No olvides que la persona debe buscar ayuda profesional cuando:

1-      Cae en un cuadro de depresión clínica.

2-      Vive en aislamiento.

3-      Aparece ideación suicida.

4-      Ha deteriorado su funcionamiento social-laboral.

5-      Experimenta los últimos síntomas después de 2 años de haber experimentado una pérdida.

 ¿Conoces a una persona que está viviendo esto? Comparte este artículo a quien más lo necesite.

Mañana: ¿Cómo enfrentar el duelo? Segunda parte.
 
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