Un clavo sí saca otro clavo
¿Qué es lo que hace que las relaciones perduren? La respuesta es la intimidad, gracias a esto podemos vincularnos a profundidad con una persona.
Es común escuchar a alguna persona profesar su devoción por su pareja, luego terminan su relación e inician otra. Puede resultar indignante saber que tu ex pareja que gritaba a los 4 vientos que eras el amor de su vida ahora esté haciendo exactamente lo mismo con otra persona. ¿Tan fácil se olvidó de ti?, ¿no te quería?, ¿mentía?
Un clavo si saca otro clavo, sólo en caso de que estés enamorado (a), pues el enamoramiento es una vinculación primitiva, gratificante, depende de inercias y algunas predisposiciones que no involucran las funciones analíticas y racionales del lóbulo frontal. Cuando se está en la etapa del enamoramiento se puede creer que se ama, es una etapa sustentada por sensaciones e interpretaciones como "Nunca me había sentido así", "Es la primera persona con la que me siento de tal manera...", "Con nadie me había pasado esto", el enamorado cree que esos sentimientos novedosos son una señal inequívoca de un amor verdadero. Los enamorados y los compradores son igualmente estimulados por el cerebro reptiliano y de igual forma ambos defienden su compra, jamás reniegan de ella, sólo es cuestión de tiempo.
Podemos enamorarnos una y otra vez, podemos enamorarnos de diversas personas al mismo tiempo, sin embargo nuestro cerebro establece jerarquías, preferimos estar con quien activa más centros de placer y recompensa. Vincularnos de manera inicial depende del tipo de atracción que experimentamos; por ejemplo, una forma de atracción se da gracias a la química, esto sucede cuando una persona con mayores niveles de testosterona se encuentra con otra con altos niveles de estrógenos, ahí hay una química muy intensa. Otra forma de atracción se da entre personas que saben dialogar, son amables y solidarias, este tipo de atracción es sólida y estable, ahí participan otro tipo de químicos, como la oxitocina y la vasopresina. Incluso hay formas de atracción en donde se puede confundir al bailarín con el baile, es decir, relaciones que se sustentan en novedades o experiencias tales como salir de viaje, ir al teatro, probar una comida deliciosa, significa que el vínculo con la pareja depende más de las experiencias gratificantes asociadas que de las virtudes individuales, por eso el dicho "No confundas al bailarín con el baile", lo agradable es el baile, no necesariamente el bailarín.
Nuestro cerebro está programado para enamorarse una y otra vez, cuando hay una ruptura hay dolor e incomodidad, algo que se puede mitigar con un nuevo proceso de enamoramiento. El asunto estriba en que probablemente la persona se sumerja en un inmenso mar de relaciones superficiales en donde le resultará complicado profundizar, pues de la dopamina no pasa.
En el caso del apego hay un precio muy duro que pagar: la pérdida es irreparable, no se sortea con otro clavo, la relación de apego se establece en el córtex, bajo una decisión, se estableció una profunda relación de amistad con la pareja, por decisión, por voluntad, que va más allá del atractivo, eso forma una relación íntima. El dolor de la pérdida es irreparable, duele tanto en el córtex como en la amígdala, al córtex le duele de más pues no hay razón que alivie la angustia que está experimentando.
Ahí queda el asunto para la reflexión, sí funciona sacar un clavo con otro clavo( ¿Aún no estás convencido? Click aqui para mirar un estudio relacionado al tema.), sin embargo es pasar de una relación superflua a otra, hay que destacar que esas relaciones pueden crecer.
También es una cuestión de elección ¿Deseas el éxtasis de lo superficial? O prefieres pagar el precio de una relación profunda, ahí es donde entiendo el sentido de la frase "valió la pena".
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