Las personas infieles no son inmorales.


Muchas parejas se encuentran lidiando con diversas problemáticas que van desde la infidelidad hasta la violencia doméstica, y comúnmente se considera que la persona que se involucra en una infidelidad es una persona promiscua sin sentido de moral y que la persona violenta es maligna, sin embargo la personalidad no se rige en términos absolutos, es decir, la personalidad es dinámica, básicamente consiste en una condensación de genética, cultura, contextos y sus diversas interacciones.

Cuando explicamos un comportamiento en términos absolutos como “Juan es buena persona”, es nuestro conciencia estructurando una “valvula de reducción” que establece la percepción de un sentido de continuidad de las cosas, este mecanismo favorece la aparición de un error fundamental de atribución, esto significa que sobredimensionamos el papel de los rasgos personales al momento de interpretar la conducta de otras personas y minimizamos la influencia del contexto y las situaciones (Aquí un amplia explicación de Walter Mischel). Un experimento lo confirma, en un estudio un grupo de personas  evalúa a unos jugadores de baloncesto de calidad similar, el primer grupo está tratando de encestar en una cancha bien iluminada, el segundo lo hace en una cancha con mala iluminación, esto provoca que el segundo grupo sea más errático que el primero. Las personas que evaluaban a ambos grupos concluyó que los integrantes del primer grupo eran mejores jugadores que los del segundo grupo. Esta manera de concluir ha sido útil para tomar decisiones radicales en un medio hostil, en donde nos centramos en lo esencial y vamos dejando de lado lo contextual.

En ese sentido algunas personas sostienen que las nuevas generaciones son promiscuas y “libertinas” respecto a generaciones anteriores, y si hacemos un balance de esto podemos percatarnos de la función del contexto; tan solo imagina aquella época en donde los matrimonios eran pactados por los padres, las posibilidades de divorcio eran nulas y el adulterio era castigado con la muerte, ¿esto significa que las generaciones anteriores eran fieles?

Nuestro sentido de libertad ha evolucionado y también nuestros ajustes morales, en una época era válido ofrendar en sacrificio a tu hijo, en la actualidad hemos diseñado leyes que impedirían un acto de tal magnitud, sin embargo en la época en donde los sacrificios humanos eran comunes el sentido de moralidad se ajustaba, es decir, en la actualidad los sacrificios realizados en un contexto religioso son simbólicos, es muy complicado regresar a los viejos rituales pues nuestra moralidad esta ajustada para reprobar los actos de violencia, aún los que especulan sacralidad. 


De esa misma manera nos encontramos en una época en donde es muy sencillo divorciarse, las parejas se unen en matrimonio bajo una concienzuda convicción estructurada en antecedentes de practicas románticas lo suficientemente satisfactorias para dedicarse a convivir juntos, también la internet y las redes sociales en conjunto a la urbanización y el crecimiento demográfico nos han acercado a una gran cantidad de personas que por cosmovisión de nuestro tiempo le dedican mayor esfuerzo a cuidarse más y verse mejor, en un tiempo en donde los avances médicos han favorecido la aparición del sexo libre y responsable ¿esto significa que la generación actual es inmoral y promiscua? 

Referencia:
KIMBLE, CHARLES Y COLS. "Psicología Social de las Américas", 2002, México, Pearson Educación. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

TEST DE GOTTMAN: Identifica si una relación ya no tiene remedio.

10 ARGUMENTOS TRAMPOSOS E ILOGICOS EN UNA DISCUSIÓN (APARENTAR QUE SABEMOS).

Sobre la idolatría, el narcisismo y el odio.