¿Por qué en México gritamos “Eh puto”?

“Ni la modestia propia, ni la vigilancia social, hacen invulnerable a la mujer. Tanto por la fatalidad de su anatomía "abierta" como por su situación social —depositaria de la honra, a la española— está expuesta a toda clase de peligros, contra los que nada pueden la moral personal ni la protección masculina. El mal radica en ella misma; por naturaleza es un ser "rajado", abierto.” Octavio Paz. 

Nació en Reino Unido en 1863 y actualmente es el deporte más popular sobre el planeta, se trata del futbol Soccer. Hablar de futbol es hablar de un deporte que condensa elementos cruciales en la historia evolutiva del ser humano: la cacería, la tribu, el tótem, la magia y la supervivencia entre otras cosas.

En 1913 Freud elaboró un exhaustivo ensayo en donde habló sobre la magia imitativa, esta consiste en una serie de prácticas rituales que se realizaban para obtener un resultado gratificante, estas debían ser similares a los objetivos que se pretendían; por ejemplo cuando se buscaba tener una buena cosecha e invocar la fertilidad de la tierra se sostenían relaciones sexuales para que los fluidos corporales cayeran sobre la tierra y esta a su vez se hiciera fértil, así mediante este ritual se intentaría acabar con la hambruna ocasionada por la falta de cosecha.  Aún en la actualidad se realizan algunos rituales basados en la magia imitativa para resolver algunos pendientes de la vida cotidiana como encomendarse a un santo, ídolo o divinidad para pedir alguna favor especial, es el equivalente a solicitar la ayuda de alguna figura de poder como el padre, un policía o un médico. 

Es gracias a que tenemos un cerebro capaz de procesar las palabras o cualquier tipo de estimulo y transformar esto en un cumulo de información y por esto podemos entender las metáforas, experimentar miedo en una película de terror o sentir indignación al leer alguna noticia, por esto es que la afición al futbol no solo trata de la contemplación de un deporte sino de una construcción simbólica configurada por el propio aficionado que ve en el campo lo que necesita y desea observar ya que el juego que observa es un complejo entramado de elementos de la magia imitativa descrita por Freud. 

En un campo se encuentran los cazadores (jugadores), estos representan a su tribu, su clan o localidad y están vestidos con elementos que caracterizan a su tótem. Un tótem es un ancestro que ha trascendido a la vida y se ha incorporado a la propia naturaleza, así es como puede tomar forma de un animal por ejemplo y los miembros de la tribu lograrían una fuerte identificación entre ellos mediante la cohesión otorgada por los aspectos relacionados al tótem, consideran sagrado a ese animal totémico ya que se piensa que es el ancestro y además este puede advertirles sobre algún peligro, mostrarles alguna revelación sobre el futuro y aconsejarles sobre la vida misma. Los equipos actuales poseen características totémicas que van desde animales como águilas, zorros, leones hasta elementos de la naturaleza como rayos y otros solo hacen una referencia a su localidad, Sevilla, Madrid, Leicester. Una referencia totémica quedaría estructurada de la siguiente forma: Los Jaguares de Chiapas.

Los cazadores se encuentran acompañados de su tribu (afición), quienes también tienen banderines y ornamentos referentes a su tótem. El objetivo de los cazadores es ir tras la presa (el balón) y echarlo en la red (la portería), ganará quien haya metido más presas en la red, ya sea por talento, magia, suerte o trampa el ganador celebrará con fiesta y con un gran banquete para su tribu pues se ha ganado en el trágico juego de la supervivencia. 

El juego que ha logrado condensar tales elementos, es el juego que más pasiones genera y más seguidores tiene, es un juego que trata de la supervivencia y además nuestro cerebro es capaz de crear y encontrar conexiones simbólicas y de este modo es que podemos personalizar un juego de futbol, con el simbolismo se intentará lograr aquello que un individuo no puede, esto a través de la identificación con su equipo, pues el individuo internaliza al equipo con el que se identifica y ahí ya no solo es la competencia del equipo, se trata del comportamiento simbólico en donde un individuo se enfrenta a sus conflictos a través de la representación objetal de un colectivo que juega para él.  A mayor pasión mayor irracionalidad pues la frustración de la derrota es algo que algunos no se pueden permitir y no les queda mayor remedio que buscar a través de una fuga fantasiosa una victoria que se puedan atribuir; el perdedor es el aficionado más irracional, persistente, violento e iluso, pues partido tras partido vuelve a buscar lo que en su crisis existencial no alcanza. 

En el futbol y en la cacería hay más elementos en común, no solo son determinantes las habilidades del cazador, también influyen otros factores como el azar y el caprichoso clima. Tanto la tribu como el aficionado quedan dependiendo de estos múltiples factores; lo único que pueden hacer es recolectar y poner en marcha múltiples rituales de magia imitativa o bien intimidar a los adversarios con cánticos, rostros pintados e insultos. Pero esa apasionada afiliación a la tribu o al equipo oculta sutilmente la falta de recursos, habilidades y capacidades del individuo, por eso necesita adherirse al equipo, pues solo a través de ellos podría lograr sus objetivos existenciales, por eso llegan a ocurrir airadas, apasionadas e irracionales reacciones que llevan a los hinchas de un equipo y del otro a consumar la frustración a través de la violencia. Cuando el aficionado desplaza sus carencias existenciales a un equipo de futbol o a un grupo los resultados serán trágicos. 

En el año 2000, en el estadio Jalisco una de las barras del Atlas estaba enfurecida con un jugador en especial: el portero Oswaldo Sánchez, un jugador surgido de la cantera del Atlas y que se fue a probar suerte al club América, un equipo con fama de juego oportunista, tramposo y arropado por uno de los medios de comunicación dominantes en México: Televisa. Oswaldo Sánchez se había vendido al mejor postor y después del América pasó a formar parte de las filas del acérrimo rival del Atlas: las Chivas de Guadalajara, entonces esta barra del Atlas necesitaba descargar su furia aprovechando cada ocasión en que jugaban contra las Chivas, así que en cada juego, en cada ocasión en que el portero Oswaldo Sanchez se alistaba para hacer un saque de meta, la afición extendía sus manos y las hacían temblar en dirección al portero como una suerte de magia imitativa en la que un hombre deposita sus “malas vibras” sobre el otro, pero también como señal de que la furia acumulada iba in crescendo  hasta salir desbordada por la garganta del aficionado mediante el uso de una palabra que pudiera describir perfectamente el arquetipo de lo que nos mete en conflicto a los mexicanos por nuestra historia: la traición o en palabras de Octavio Paz los “rajones”. 

Según Santiago Ramirez ser “rajado” o “rajón” son connotaciones pasivas que significan identificarse con la mujer; objeto de posesión, violencia y conquista. Decía Octavio Paz:

las mujeres son seres inferiores porque, al entregarse, se abren. Su inferioridad es constitucional y radica en su seno, en su “rajada”, herida que jamás cicatriza… toda abertura de nuestro ser entraña una disminución de nuestra hombría. 

Por eso en el inconsciente colectivo lo “femenino” está relacionado a la traición, a lo indigena, a lo repudiable, controlable, conquistable y que se puede violentar, de ahí que la madre será la “chingada”, la sometida, la violada y el padre, el conquistador, el “chingón”, el que rapta, ese al que se aspira llegar a ser.  

El incosciente colectivo del mexicano arroja grandes conflictos, algunos de ellos son:
1- El desprecio absoluto a las “rajadas” y a los “rajones”. 
2- La inseguridad del varón y la necesidad compulsiva de la afirmación de su virilidad y hombría. 
3- El miedo al abandono por parte de la mujer, la fobia a la traición, la máxima desconfianza que le lleva a pretender controlar a la mujer hasta intentar transformarla en la madre, la única mujer “valiosa”, la abnegada, sumisa e incondicional. 

Entonces el comportamiento de Oswaldo Sánchez podía asociarse a “rajón” pues se entregó a otros equipos, traicionando a su tribu, pero también el “rajón” al entregarse es un hombre que actúa como mujer y por lo tanto se le denominará “puto”. De acuerdo al origen etimológico de la palabra existen dos hipótesis, la primera indica que “putto” proviene de “puttus” que significa muchacho o chiquillo y su aplicación sería despectiva pues se hace referencia a la inexperiencia de una persona. La otra hipótesis está relacionada a la palabra latina “putida” que significa podrida, pues era una forma de referirse a una prostituta o a una mujer ruin que debido a su actividad desprendía un mal olor. Entonces el traicionero “rajón” que se vendió al mejor postor se comportó como una “rajada”, actuar negando la propia hombría equivale a ser “puto”, a un hombre que negando su hombría se prostituyó por dinero y abandonó a su tribu, ahí nació la palabra que colectivamente se usa para señalar algunas de las características anteriormente mencionadas. 

De acuerdo a esto Oswaldo Sanchez se había transformado en el arquetipo de la traición y es ahí en donde el mexicano tiene un enorme conflicto con el tema de las traiciones, pues estas han sido recurrentes en el paso de nuestra historia:  
1- Moctezuma obligando a los pueblos vecinos a tributar altas cargas económicas. 
2- La organización que llevó a los pobladores de Huejotzingo. Cholula y Tlaxcala a unirse con Cortés con la esperanza de acabar con la opresión del imperio azteca. 
3- Moctezuma fue usado por los españoles para intentar calmar a una turba y salió a su balcón para reconvenirles, la multitud se sintió traicionada y mató a pedradas a su emperador. 
4- La traición de Santa Anna.
5- Hidalgo y Morelos víctimas de la traición. 
5- En la revolución mexicana Alvaro Obregón asesinó a Venustiano Carranza, Francisco Villa y todo aquel que representará un obstáculo.
6- Emiliano Zapata apoyó inicialmente a Francisco I. Madero, posteriormente le nombró incapaz de cumplir con los objetivos de la revolución. 
7- Años más tarde el propio Emiliano Zapata fue traicionado por Venustiano Carranza y fue asesinado en una emboscada. 
8- Victoriano Huerta perpetró un golpe de Estado que se consumó con el encarcelamiento y asesinato de Pino Suárez y Madero.
9- Carlos Salinas de Gortari.
10- En el México contemporáneo las cosas no han cambiado mucho pues después de que el PRI gobernó durante 71 años llegó al poder el PAN en la figura de Vicente Fox, en ese momento se respiraban aires de cambio y progreso, sin embargo muchos mexicanos se sintieron traicionados al ver que el partido en el poder pactaba con el partido más dominante en México, responsable de matanzas y devaluaciones. 
11- El propio Vicente Fox fue traicionado por su secretario de energía Felipe Calderón, pues renunció a su puesto para dar forma a sus aspiraciones presidenciales, a pesar de que el favorito de Fox era Santiago Creel. 
12- Después de los 12 años del PAN en el poder las cosas no cambiaron significativamente, la mayor muestra de desilusión fue que una mayoría de la población no salió a votar y los que lo hicieron optaron por el regreso del PRI.  
13- El fenómeno del narcotráfico en nuestro país es conocido por las múltiples traiciones y movimientos que se dan en sus estructuras. 

La Federación Mexicana de Futbol pretende iniciar una campaña para erradicar el grito que nació en los partidos del Atlas y se extendió a los juegos panamericanos y llegó hasta el mundial de futbol. La FIFA ha intentado sancionar a la selección mexicana por tal grito. Es poco probable que ese grito desaparezca pues como ya hemos analizado es un grito catártico que se atribuye en el imaginario colectivo al enemigo número uno en México: el traidor, que es proyectado en el portero rival. La traición es uno de esos elementos que atormentan la psique del mexicano y nos sigue azotando en la actualidad. Cabe destacar que países como Chile y Brasil adoptaron ese grito tan característico de la afición mexicana, ahora solo será necesario dilucidar si los motivos son los mismos. 

El enemigo número uno del mexicano es el traidor,  he ahí su conflicto, su síntoma neurótico pues aborrece al traidor aunque usualmente le sea muy sencillo convertirse en un traicionero.

REFERENCIAS.
-Ramirez, Santiago (2002). El mexicano, psicología de sus motivaciones. México. De Bolsillo.
-Paz, Octavio (1990). El laberinto de la soledad. México. Fondo De Cultura Económica. 
-¿Donde y cuando nació el grito de “¡Eh Puto!”? (2014).  Juan Futbol. Recuperado de http://juanfutbol.com/articulo/santicordera/donde-y-cuando-nacio-el-grito-de-puto 
-Origen de la palabra “Puta”. Recuperado de www.etimologias.dechile.net 

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